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El Mensaje del Evangelio
Antes de que Jesus ascendiera al cielo, le dio este cometido a sus discipulos:
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15 [Todas las citas biblicas son de la version Reina-Valera de 1960, a menos que se especifique de otra manera]). Lucas registra el mismo cometido en estas palabras: "Asi esta escrito, y asi fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer dia; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdon de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalen" (Lucas 24:46,47). A partir de una comparacion de estas dos escrituras queda en claro que el mensaje central del evangelio es el perdon de pecados. Este es el mensaje que Jesus ordeno que diera su iglesia. El dia de Pentecostes Pedro proclamo, "Arrepentios, y bauticese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdon de los pecados; y recibireis el don del Espiritu Santo" (Hechos 2.38). Y nuevamente, cuando el evangelio fue dado por primera vez a los gentiles, Pedro se refirio al cometido de Cristo: "Y nos mando que predicasemos al pueblo, y testificasemos que el es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en el creyeren, recibiran perdon de pecados por su nombre" (Hechos 10:42,43).
Pablo dio el mismo mensaje. Despues de mostrar en la Escritura que Jesus es el Cristo, el apostol concluyo, "Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de el se os anuncia perdon de pecados" (Hechos 13:38).
Cada vez que se celebra la Cena del Senor, se celebra el perdon de pecados. Cristo tomo la copa y dijo, "Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remision de los pecados" (Mat. 26:27,28).
El perdon de pecados es la ensenanza central de los Evangelios. Al hombre que bajaron por el hueco de un techo Cristo le dijo, "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Marcos 2:5). Y de Maria, quien habia entrado a hurtadillas a la fiesta en la casa de Simon y quebrado una botella de costoso perfume la derramo sobre los pies de Jesus, el dijo: "Sus muchos pecados le son perdonados, porque amo mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama." Y a ella le dijo, "Tus pecados te son perdonados." "Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre si: Quien es este, que tambien perdona pecados? Pero el dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz" (Lucas 7:47-50).
Aqui las palabras 'salvado' y 'perdonado' se usan como sinonimas. Pero 'salvacion' no es la unica palabra vinculada con el perdon. En Efesios Pablo hace equivalentes a la redencion con el perdon: "En quien tenemos redencion por su sangre, el perdon de pecados segun las riquezas de su gracia" (Efesios 1:7).
El Credo de los Apostoles, el credo mas antigüo y conocido de la iglesia cristiana, precisa en lo correcto cuando indica que el rasgo esencial de la religion cristiana es el perdon de pecados. En todo el Credo de los Apostoles, lo unico que se dice de la salvacion es el perdon de pecados:
Creo en Dios Padre Todopoderoso; Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su unico Hijo, Senor nuestro; quien fue concebido por el Espiritu Santo, nacido de la Virgen Maria; sufrio bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto, y sepultado; descendio al infierno; al tercer dia rescucito de los muertos; ascendio al cielo; y esta sentado a la diestra de Dios el Padre Todopoderoso; y de alli vendra a juzgar a los vivos y los muertos.
Creo en el Espiritu Santo; la santa iglesia catolica; la comunion de los santos; el perdon de pecados; la resurreccion del cuerpo; y la vida eterna.
"Creo en... el perdon de pecados." Los pecados se perdonan mediante la fe solamente, en el nombre de Jesus, por amor a el, por lo que el ha hecho y sufrido. Y todos los que creen y son salvos y tienen la vida eterna. Por lo tanto, el que es perdonado es salvo y tiene la vida eterna. Nadie puede leer con sinceridad las palabras de Jesus o los apostoles y negar que esta gran verdad es el punto central de toda ensenanza evangelica. Esto es lo que revivio a la iglesia con inmenso poder en le sigo dieciseis.
El Espiritu del Evangelio
El perdon de pecados no es solamente el mensaje central de la iglesia cristiana. Es la caracteristica cardinal de la iglesia. Esencialmente la comunidad cristiana vive mediante el perdon de pecados.
El salmo 32 es uno de los grandes salmos citados por Pablo en el libro de Romanos (Rom. 4:6-8). Este salmo expresa con magnificencia la esencia de la cristiandad.
Bienaventurado aquel cuya transgresion ha sido perdonada,
y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien Jehova no culpa de iniquidad,
y en cuyo espiritu no hay engano.
Mientras calle, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el dia.
Porque de dia y de noche se agravo sobre mi tu mano;
se volvio mi verdor en sequedades de verano.
Mi pecado te declare,
y no encubri mi iniquidad.
Dije: Confesare mis transgresiones a Jehova;
Y tu perdonaste la maldad de mi pecado.
Por esto orara a ti todo santo...
Salmo 32:1-6.
Lutero traduce la ultima oracion: "Asi es como oran los justos." En otras palabras, este es el espiritu del hombre piadoso. El hombre feliz (porque tal es el hombre bienaventurado) es aquel cuya transgresion es perdonada y en cuyo espiritu no hay engano (vss. 1,2). La version King James (de la Biblia en ingles) traduce "engano" como "mentira." La expresion "no fue hallada mentira" se usa para describir a los que salen a recibir a Cristo a su venida (Apo. 14:5). Son aquellos que viven sin pretensiones, sin hipocresia, quienes francamente reconocen su necesidad de la misericordia divina. Ellos viven mediante el perdon de pecados. Juan advierte:
"Si decimos que no tenemos pecado, nos enganamos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." 1 Juan 1:8,9.
Hemos presentado dos puntos. El primero, el perdon de pecados es la esencia misma del mensaje evangelico. El segundo, la caracteristica basica de la comunidad cristiana es que ellos constantemente confiesan su creencia en y su necesidad de el perdon de pecados. Ellos tienen vida eterna y son salvos.
El Espiritu de Laodicea
Ahora veremos a la caracteristica principal de la iglesia en los ultimos dias - "la iglesia en Laodicea" (Apo. 3.14). Note la descripcion que da Cristo:
Yo conozco tus obras, que ni eres frio ni caliente. Ojala fueses frio o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitare de mi boca. Porque tu dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tu eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apo. 3.15-17.
Esta iglesia es religiosa y profesa saber la verdad de la fe cristiana. Piensa que es rica, prospera y necesitando nada. Su problema basico es que trata de quitarse de encima la verdad central del mensaje evangelico. El espiritu de Laodicea es de excluir, esconder o achicar la doctrina del perdon de pecados. En su libro, La naturaleza y destino del hombre, Reihold Niebuhr rastrea la gran apostasia de la iglesia desde la epoca apostolica hasta el desarrollo del romanismo. El le pone el dedo al corazon del romanismo - el problema del laodiceaismo- cuando dice: "[La] subordinacion de la justificacion a la santificacion llega a ser lo que define todo el concepto catolico de lo que es la vida y la historia... El perdon llega a ser asunto de una sola remision de los pecados del pasado." En la preocupacion de la iglesia con la santificacion, la ensenanza del perdon de pecados por lo tanto pierde su lugar debido.
La misma forma de pensar ha surgido en el protestantismo. Un articulo reciente, que presume presentar una perspectiva equilibrada de la justificacion y la santificacion, tenia una columna con el titulo "Justificacion" y otra con el titulo "Santificacion." Debajo de "Justificacion" el articulo decia, "La justificacion nos saca de la deuda." En otras palabras, la justificacion es el perdon; los pecados del pasado quedan saldados y cubiertos. No protestaremos por eso. Pero debajo del titulo "Santificacion" el articulo decia, "La santificacion nos mantiene solventes." Este concepto necesita ser desafiado porque no es una expresion del evangelio de Cristo.
Si la justificacion — el perdon de pecados — nos saca de la deuda al limpiarnos la planilla de los pecados del pasado, y la santificacion -nuestra vivencia en la santidad- nos mantiene solventes o fuera de la deuda, entonces el creyente, en el proceso de la santificacion, vive sin el perdon de pecados. Esto es como el razonamiento que dice, "La justificacion es por el pasado. La santificacion es por el presente y el futuro." Si esto fuera asi, tendriamos que presentarnos hoy a Dios en base a nuestra santificacion.
Pero, cual es el testimonio de la Escritura? Juan ciertamente no alegaba estar "solvente" cuando escribio, "Si decimos que no tenemos pecado, nos enganamos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros" (1 Juan 1:8). Y el apostol Pablo escribio, "Todos pecaron y estan destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:23). El significado de este texto con frecuencia escapa de nuestra comprension. Es obvio que todos pecaron. Pero el siguiente verbo esta en el tiempo presente continuo en su forma original en el griego. El texto no dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, sino que todos han pecado y se destituyen (literalmente, "siguen destituidos") de la gloria de Dios. Si todos siguen destituyendose de la gloria de Dios, entonces, no estan "solventes."
La justicia de Dios exige una justicia perfecta. Un Dios perfecto no rebaja su norma simplemente debido a que ahora somos pecadores. Dios requiere hoy de nosotros justamente lo que requeria de Adan antes de la caida -perfecta obediencia a su santa ley. A fin de no caer en la deuda, necesitariamos alcanzar las demandas de esa ley cada momento de nuestra existencia. Pero acaso hay alguien lleno del Espiritu Santo que alcanza esa demanda en esta vida? Por supuesto que no. Santiago dice, "Todos ofendemos muchas veces" (Santiago 3:2). Jesus nos dice que una vez que hemos hecho todo lo que debiamos haber hecho, aun debemos declararnos "siervos inutiles" (Lucas 17:10). Todos siguen destituyendose de la gloria de Dios. Si alguien dice que alcanza esa demanda, si alguien en la comunidad cristiana falta de confesar que es un siervo inutil, si alguien rehusa declarar que ha pecado en palabra y pensamiento y hechos cuando es juzgado por la gran norma de la ley de Dios, el tal es un mentiroso y la verdad no esta en el. La oracion de David nos incluye a todos: "No entres en juicio con tu siervo; porque no se justificara delante de ti ningun ser humano" (Salmo 143:2).
En el relato de Esperanzado, el Progreso del peregrino de Juan Bunyan demuestra la suma imposibilidad de mantenerse "solvente" sobre la base de nuestra santificacion. Cuando Esperanzado llego a ser cristiano, Tan solo le inquietaba saldar su deuda del pasado. Pero entonces confeso:
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"Otro asunto que me ha inquietado, aun desde mis ultimas enmiendas es que, si observo detenidamente las mejoras en mi comportamiento, todavia veo el pecado, pecado nuevo, mezclandose con lo mejor de lo que pueda hacer. De tal modo que me veo obligado a concluir, que no obstante mis previas acariciadas y presumidas opiniones de mi mismo y mis deberes, he cometido suficiente pecado en un dia como para enviarme al infierno, aunque mi vida anterior hubiese sido intachable."
Despues de lavar los pies de los discipulos en la ultima cena, el Senor enfatizo mediante esta ordenanza la necesidad continua del lavamiento y del perdon (Juan 13:3-15). Y no fue Cristo mismo quien nos enseno a orar -no solamente una vez, no Tan solo de vez en cuando, sino tan a menudo como pedimos por el pan cotidiano- "Perdonanos nuestras deudas como tambien nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat. 6:12)?
"Toda la ley," dice la epistola a los Galatas, "en esta sola palabra se cumple: 'Amaras a tu projimo como a ti mismo'" (Gal. 5.14). Cristo declaro:
"Amaras al Senor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: amaras a tu projimo como a ti mismo. De estos dos mandameintos depende toda la ley y los profetas." Mat. 22.37-40.
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La ley exige el amor — el amor a Dios y al hombre. Debemos hacer de Dios lo primero, lo ultimo, y lo mejor en todas las cosas. Debemos entregarle nuestra devocion a El con todo el celo y fervor de nuestro ser. La alabanza y la gratitud debe fluir constantemente hacia el. Y debemos estar tan afanosos por el bienestar de nuestro projimo como por el nuestro. Debemos amarle como a nosotros mismos. Pablo dice: "No debais a nadie nada, sino el amaros unos a otros" (Rom. 13:8). Pero cuando nos presentamos ante el escrutinio de la ley, de veras pensamos que hemos pagado nuestra deuda? Por supuesto que no! Debemos ocultar nuestra falta de perfeccion en Cristo.
Pero el espiritu de Laodicea no quiere descansar enteramente sobre el perdon de pecados. A menudo se piensa que si la gente resposa demasiado sobre esa base, se sentiran seguros y ociosos y no perseguiran la vida de victoria sobre el pecado.
Los reformadores se encontraron con esta misma mentalidad. El duque George lucho contra Lutero durante toda su vida, pero cuando su hijo yacia moribundo, el duque dijo, "Llamen a un ministro luterano." Su hija exclamo, "Pero padre, un ministro luterano?"
"Si," el dijo, "llamen a un ministro luterano." "Pero", ella insistio, "te has opuesto a Lutero toda tu vida." El duque George respondio, "El mensaje de Lutero es bueno para el moribundo. Pero no sirve para el vivo."
El cardenal Belarmino, el gran apologista catolico quien a lo largo de toda su vida lucho contra el mensaje de justificacion mediante la imputacion de la justicia, yacia en su lecho de muerte. Le trajeron todos los crucifijos y los meritos de los santos y todos los pertrechos de la iglesia para consolarlo. Pero Belarmino dijo, "Llevenselo todo. Creo que hay mas seguridad en confiar en los meritos de Cristo." Aun Belarmino penso que valia la pena morir en la doctrina protestante del perdon de pecados.
Sin embargo queda la desconfianza que esta doctrina es no es buena para los vivos. Queremos una religion con dignidad — una religion que nos saca de la deuda o al menos nos ayuda a no caer la misma.
El Espiritu Santo llega con el perdon de pecados. Mientras Pedro predicaba el perdon de pecados a Cornelio, "El Espiritu Santo cayo sobre todos los que oian el discurso" (Hechos 10:44; cf. Hechos 2:38). Dondequiera estuviere presente el Espiritu Santo, alli tambien estaran presentes los frutos del Espiritu. Ciertamente debe haber un interes por la piedad y la victoria sobre el pecado en la vida de los cristianos. Pero el punto de recalcar es este: Los hijos de Dios no van a experimentar la victoria sobre el pecado mientras condenan el mensaje del perdon con fervor disminuido.
El Espiritu de los Fariseos
Laodicea dice, "Soy rico, me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad" (Apo. 3:17). La religion de Laodicea es la misma que la de los fariseos. A menudo caricaturizamos y distorcionamos a los fariseos y los hacemos tal objetos de burla que no nos damos cuenta que somos nosotros mismos. Las parabolas de Jesus fueron dadas para dejar al descubierto la religion de los fariseos, no porque el los odiaba, sino porque los amaba. Estas parabolas reflejan el mensaje esencial de Cristo a los laodicenses.
La parabola de los dos adoradores. Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro publicano. No hay duda que el fariseo era muy piadoso. Era laodicense. Cuando oraba, le agradecia a Dios por muchas cosas y le daba el credito a Dios por su vida piadosa (Lucas 18:11). Pero, que faltaba en la oracion del fariseo? No pidio perdon. No sentia ninguna verdadera necesidad por el. Y debido a que no sentia necesidad del perdon, no sentia necesidad alguna de extender el perdon al pobre publicano sino que lo miraba con desprecio. El fariseo no pidio perdon, ni tampoco lo extendio. Aunque era muy piadoso -como un sepulcro adornado, todo arreglado y blanco y limpio- habia dentro de si un espiritu fetido e impuro. En sus apariencias era muy piadoso. Parecia que nada le faltaba. Pero la religion va mas alla de la conformidad a las apariencias. Mira principalmente al espiritu. La Escritura dice, "Tu amas la verdad en lo intimo" (Salmo 51:6). El fariseo no suplico por misericordia, por lo tanto no la sentia hacia su hermano. Y por lo tanto se hallaba frente al estrado del juicio de Dios sin misericordia (Lucas 18:14).
La parabola de los dos deudores. En la parabola de los dos deudores nuevamente vemos a Laodicea - y Laodicea somos nosotros mismos. Un hombre le debia al rey una inmensa deuda. Cuando el rey exigio que lo vendieran junto con todo lo que tenia para solventar la deuda, el deudor suplico, "Senor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagare todo" (Mat. 18:26). El rey tuvo de el misericordia y le perdono. Pero salio y encontro a su consiervo que le debia unos pocos dolares. Prendio a su consiervo por la garganta demandando, "Pagame lo que me debes" (v. 28). Este le rogo con la misma suplica que el primero habia clamado ante el rey: "Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagare" (v. 29). Pero el primer deudor no le hizo caso. Dispuso que echaran a su consiervo a la prision. Pero cuando los otros siervos vieron lo que estaba sucediendo, le contaron al rey. El rey se enojo. "Siervo malvado!" le dijo. "Toda aquella deuda te perdone, porque me rogaste. No debias tu tambien tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?" (vv. 32,33).
Cual fue el problema del primer deudor? "Ten paciencia conmigo," le imploro. "Yo te lo pagare todo." El queria perdon solo temporariamente. El queria pagar a su manera. El queria relacionarse con su senor en base a la "solvencia." Debido a que el sentia que podia relacionarse al rey pagandolo todo, era de esperarse que el pensaba que su consiervo le debiera pagar todo. El no aceptaba el espiritu del perdon. Por lo tanto no lo extendia. Solo el hombre perdonado puede ser un hombre perdonador.
La parabola de los dos hijos. En la parabola de los dos hijos, el menor se fue de vagabundo hacia un pais lejano y llego a parar en una pocilga. El hijo mayor -el bueno- se quedo en casa y siempre hizo lo que le pedian. Al fin de la historia el padre le dio la bienvenida al hijo menor con un festejo. Pero el hijo mayor no perdonaba a su hermano errante. Al igual que el fariseo, hizo un recuento de sus anos de servicio fiel. El podia hablar tan solo de su santificacion.
En estas tres parabolas hay un cuadro tragico de la situacion humana y un mensaje de Cristo a la iglesia del tiempo del fin. Todos han pecado. Todos siguen destituyendose de la gloria de Dios. Todos son condenados a menos que Dios intervenga mediante su gracia maravillosa, inigualable. Todos nos presentamos ante el trono del juicio necesitando misericordia. Pero la gran tragedia es que el fariseo, el deudor quien prendio a su hermano por el cuello, y el hijo mayor no tenian perdon. No extendian misericordia hacia su hermano. Y no recibieron misericordia para si mismos.
Debemos urgir este punto mas. Por naturaleza el corazon pecaminoso no es un corazon perdonador. No es un corazon misericordioso. Pero el hombre no es condenado porque no puede exprimir el perdon para su hermano de su propio corazon. Entonces, por que fueron condenados el fariseo, el deudor sin misericordia, y el hijo mayor? Ellos rechazaron el espiritu del perdon. Ellos no vieron su propia necesidad y deficiencia. Sus propias almas no estaban saturadas en el perdon, por tanto no tenian nada para su hermano. No suspiraban por la misericordia, por tanto no tenian misericordia. Y el que juzga sin misericordia, dice Santiago, sera juzgado sin misericordia (Santiago 2:13).
El laodicense es el fariseo que ha olvidado que el Dios de la Biblia no es el Dios que justifica al piadoso. El es Aquel que hace lo inesperado, aquello que jamas se ha escuchado. El justifica al impio y recibe a los pecadores (Rom. 4:5; Lucas 15:2, Mat. 9:13). Los necesitados, los pobres, los desechados -aquellos quienes claman a Dios por la misericordia divina y estan dispuestos a aferrarse de la misericordia divina- siempre se encuentran en el reino de Dios, mientras que los buenos y respetables y piadosos son echados fuera.
El Fruto del Evangelio
No debemos, por supuesto, despreciar las buenas obras. Las Escrituras claramente ensenan que en el juicio final nuestras obras seran la prueba de nuestra fe. Pero a veces olvidamos la clase de obras que seran aprobadas en el juicio. Las obras no seran valoradas por su apariencia. Muchos entraran al juicio con aparentemente obras maravillosas. Pero el Senor les dira, "Nunca os conoci; apartaos de mi, obradores de maldad" (Mat. 7:23). "Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominacion" (Lucas 16:15). Entonces, como juzga Dios las obras? Cuales obras seran aprobadas en el juicio final?
"Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesus estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detras de el a sus pies, llorando, comenzo a regar con lagrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungia con el perfume." Lucas 7:37,38.
La obra de esta mujer no tenia ninguna apariencia de impresionante. De hecho, fue vergonzosa para todos los reunidos. Pero Jesus era el Juez, y alli dio un ejemplo del juicio final. El dijo, "Dejadla; por que la molestais? Buena obra me ha hecho" (Marcos 14:6). Tal fue el fallo del Juez. El la declaro buena obra. Por que? Porque fue movida por la gratitud por la misericordia divina. Ella habia sido perdonada mucho, por lo tanto amaba mucho (Lucas 7:47).
Ninguna obra de los hijos de Dios — ni aun la de dar un vaso de agua fria a un ninito en el nombre de Jesucristo (Marcos 9:41) — sera olvidada si es impulsada por el perdon de pecados. Que contraste son tales obras a aquellas de los laodicenses santulones, quienes ni aun sienten la necesidad del perdon!
Nada alcanza tan profundamente los motivos intimos de la conducta como sentir el amoroso perdon de Cristo. El motivo del amor jamas sera mayor que cuando sintamos la grandeza con la cual hemos sido perdonados. Aquello que produce una genuina vida victoriosa a la vista de Dios es el abrazar el punto central del mensaje evangelico: "Por medio de el se os anuncia perdon de pecados" (Hechos 13:38).
El escritor a los Hebreos declara que la conciencia debe ser purificada de las obras muertas a servir al Dios viviente. Es la sangre de Cristo, derramada por el perdon de los pecados, lo unico que puede purificar la conciencia (Heb. 9:14,22). Solo el perdon de pecados mediante la sangre de Cristo podra capacitarnos para vivir ante Dios con una buena conciencia. Por lo tanto jamas podremos verdaderamente servir a Dios a menos que de corazon abracemos el perdon de pecados.
El perdon de pecados es el mas grande estimulo para dejar de pecar. La culpabilidad es la fabrica en donde se produce todo tipo de pecados. El apostol Pablo dice, "Porque el pecado no se ensenoreara de vosotros" (Rom. 6:14). Acaso el hace esta declaracion porque hemos sido llenos del Espiritu Santo y tenemos la morada interna de la vida que nos concede la fuerza para obtener la victoria sobre el pecado? Pablo hubiera podido adelantar esta razon. Pero no la hace llegar al caso en Romanos 8. Pero en Romanos 6 el dice, "El pecado no se ensenoreara de vosotros; pues no estais bajo la ley, sino bajo la gracia" (Rom. 6:14). Simplemente, la gracia es el perdon de pecados.
El pecado no ejerce su dominio sobre nosotros porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Por otro lado, el pecado si ejercera su dominio sobre nosotros si no estamos bajo la gracia sino bajo la ley. Estamos bajo la ley sino queremos vivir mediante el perdon de pecados. Estamos bajo la ley cuando suponemos que si el pasado ha quedado a saldo, entonces de alli en adelante podemos vivir mediante la santificacion. La religion del fariseo propone satisfacer los reclamos invariables de la ley mediante nuestra santificacion. Si tal es nuestra religion, no estamos viviendo mediante el perdon de pecados, y el pecado ejercera su dominio sobre nosotros.
Puesto que la culpa es la causa principal del pecado, la unica manera de quebrantar el poder del pecado es de quitar la culpa. Por tanto, cuando comprendemos claramente que la justicia de Cristo se acredita gratuitamente a nuestro favor, se quebranta el poder de Satanas sobre nosotros. Por que es que la justicia imputada de Cristo rompe el poder del diablo? Tal como Pablo diria, coloca al pueblo de Dios "bajo la gracia." Dejaron de ser culpables. La obediencia de Cristo se interpone en lugar de su desobediencia. Dios los considera como si jamas hubieran pecado. Debido a que su conciencia esta limpia, ahora pueden servir al Dios viviente.
La gran verdad del perdon de pecados restaura nuestra relacion con Dios. Nos concede una buena conciencia hacia con el. Todos los que viven mendiante el perdon de pecados se daran cuenta que no pueden estar ante Dios ni por un momento sin el perdon.
El perdon no es solamente necesario para el desliz ocasional. Lutero comprendia que aun nuestras mejores obras necesitaban el perdon. Le pedia perdon a Dios porque sus oraciones no eran lo que debian ser. El que vive mediante el perdon de pecados se siente conmovido porque siente la misericordia de Dios. Momento tras momento su unica suplica ante Dios es, "Se propicio a mi, pecador." Y si se da cuenta que se presenta ante Dios en base a esta suplica, vivira en una nueva relacion hacia sus semejantes. Un cristiano perdonado es un cristiano perdonador.
De mayor interes para Dios en el juicio sera el espiritu del corazon del ser humano que el cumplimiento demostrado por las apariencias. Tragicamente, muchos que van a la iglesia semanalmente y que diezman "la menta y el eneldo y el comino" (Mat. 23:23) perderan la vida eterna y seran condenados en el juicio. Es posible ser meticuloso en los deberes religiosos y al mismo tiempo ser intolerante, duro, desalmado y despiadado, e impuro de espiritu.
"A nadie difamen" es el mandato del Senor (Tito 3:2). Pero a menos que el evangelio sea nuestro estimulo, jamas tendremos las manos, los pies, o el corazon para cumplir con el mandato de Dios.
"A nadie difamen... porque nosotros tambien eramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciendonos unos a otros." Tito 3:2-4.
Recordando que Dios nos salva segun su misericordia, nos tapamos la boca. Nuestra conducta con nuestro semejante es modificada y dulcificada por el elemento de la misericordia divina que permea la vida entera. Comenzamos a reaccionar hacia otros asi como Dios ha procedido hacia con nosotros.
Pablo declara, "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo" (2 Cor. 5:10). Tenemos una cita con el juicio. Pero necesitamos algo mas con lo cual presentarnos ante ese juicio final que la justicia farisaica. Porque "si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cielos" (Mat. 5:20). Necesitamos la justicia practica del espiritu la cual alcanza hasta lo intimo del corazon y las intenciones. Pero cuando clamamos, "Senor, como se podra producir esta justicia?" Solo al aferrarnos al mensaje evangelico del perdon de pecados se podra producir tal justicia.
Jamas se perdera todo aquel que apoye su alma sobre el perdon de pecados. Y todo aquel que lo haga estara realizando buenas obras. Habra fruto en su vida. Sus obras pareceran humildes. Tal vez nadie las tomara en cuenta. Pero Dios las mirara debido a que este vive mediante el perdon de pecados. Por lo tanto, sus obras en el juicio tan solo testifican de la gran verdad cristiana - "Creo en el perdon de pecados."
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