Este no es un libro de carácter general acerca del Advent¡smo del Séptimo Día. Más bien es un examen del verdadero corazón del movimiento, a saber, la convicción de que aquellos que lo componen constituyen los propagadores especia/es del evangelio de Dios en los últimos días, en una forma tal que los hace los únicos verdaderos herederos de los reformadores.
Desde esta perspectiva la primera sección abre con un análisis de los adventistas del séptimo día y de su reclamación de ser los herederos especiales de la Reforma. Luego, se presenta la luz del corazón mismo de la Reforma con el propósito de establecer la norma a usarse para juzgar la pretensión adventista.
La segunda sección considera la forma en que el adventismo manejó el evangelio antes de 1950. No obstante, no trata minuciosamente el período de 1844-1 950 debido a que la atención principal del libro recae sobre el periodo moderno. En cambio, se presentan las principales tendencias y desarrollos en la forma más concisa y compatible con la exactitud.
La tercera sección, que cubre desde el año 1950 hasta el presente, es la parte principal del libro. Las tres décadas incluidas en este período ofrecen al lector útiles divisiones ya que coinciden convenientemente con las etapas actuales del desarrollo dentro del adventismo. Dejar que los hechos históricos hablen por si mismos constituye un objetivo primario de esta sección. Me he abstenido de emitir una evaluación personal hasta llegar a la conclusión del libro.
El titulo, El Zarandeo del Adventismo, será altamente significativo para los adventistas del séptimo día. Pensarán en el "zarandeo" escatológico, a través del cual entienden que ha de pasar la iglesia antes de completar finalmente su misión. Como recientemente señalaron los editores del órgano general de la iglesia,1 la Review and Herald, este concepto y expectativa de un zarandeo está profundamente arraigado en la conciencia adventista. Más aún, se cree también que el zarandeo se llevará a cabo en torno al concepto de la justificación por la fe.
Puede que el lector se pregunte por qué no evalué la obra de Elena G. de White en relación con este tema.2 Pensé que era mas conveniente que me circunscribiera a la forma en que el cuerpo general del movimiento en Norteamérica y Australia ha manejado el evangelio de la Reforma. Además de esto, para mí resulta claro que los adventistas están divididos en lo que respecta a cómo deben leer los escritos de la Sra. White relacionados con este tema. ¿Por qué razón debería yo intentar explicar un área tan controvertida, cuando ellos mismos no están de acuerdo entre sí? Para un protestante no-adventista, los hechos acerca del modo en que los adventistas tratan al evangelio hoy día deben hablar por si mismos. Le corresponde a los adventistas decidir si la forma en que ellos se han expresado respecto del evangelio le hace, o no, justicia a la Sra. White.
Frecuentemente hemos incluido notas de pie de página a fin de capacitar al lector para que corrobore los fundamentos de las cosas que digo. Este libro es un intento serio de evaluar el corazón del movimiento más bien que un intento de evaluar asuntos secundarios, independientemente de cuán importantes puedan éstos resultar en un análisis más general.
1. Véase la Review and Herald del 16 de junio de 1977, pég. 11; la deI 30 de junio de 1977, pág. 2; y la del 7 de julio de 1977, pég. 2.
2. La Sra. Elena G. de White <1827-1915) ayudó a fundar la Iglesia Adventista del Séptimo Día a mediados del siglo pasado. Reconocida como líder carismético entre los adventistas del séptimo día fue "la mensajera del Señor" que dio consejo y la dirección del Señor a la iglesia naciente.
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