El Zarandeo Del Adventismo

por Roberto D. Brinsmead



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Dolor y Progreso: Los Años 60


The Blood of Christ and the Law


Los años 60 fueron un tiempo de conflicto en el Adventismo del Séptimo Día. Dígase lo que se diga, ya sea negativa o positivamente, debe ser dicho sobre este telón de fondo: La Iglesia Adventista estaba en conflicto con el "Mensaje de Despertar" de Brinsmead y fue en este diálogo donde surgieron los mayores rasgos teológicos de la década.

1. Como mencionamos en el capítulo cinco, Brinsmead pospuso la obra del perfeccionamiento hasta el juicio. En respuesta a esto la dirección adventista abogó en favor de cierta perspectiva de santificación que era radicalmente más simplista que la de los reformadores del siglo dieciséis. Su principal aspecto fue la ausencia de toda alusión a la doctrina del pecado original. De que todavía existiera en el creyente una viciosa pecaminosidad real, sencillamente fue descartado. Esta fue la primera etapa del diá,logo con el Despertar-una etapa cuando los líderes del Movimiento Adventista veían la enseñanza de Brinsmead como antínomianismo.

2. Luego surgió lo que sólo podría describirse como el fruto de la agitación religiosa. Algunos de los teólogos más sobresalientes de la iglesia comenzaron a expresar grandes dudas respecto de todo el asunto de la perfección. El primero en sostener abiertamente la idea de ninguna perfección en el creyente hasta el segundo advenimiento de Cristo fue el Dr. Eduardo Heppenstall. El vio la perfección en el creyente como algo opuesto a la salvación sólo por gracia. El planteamiento de Heppenstall-de ninguna perfección hasta la segunda venida-era uno que no sólo iba en contra del perfeccionismo del mensaje de Brinsmead, sino además en contra de la enseñanza tradicional adventista de la perfección. Por consiguiente, resulta sorprendente que la enseñanza de Heppenstall avanzara sin ser retada (al menos públicamente> de parte de los líderes de la iglesia. Puede ser que el conflicto con Brinsmead fuera tan intenso que la desviación radical del Dr. Heppenstall, del adventismo tradicional, fuera capaz de pasar sin reto alguno. El Dr. Desmond Ford y el pastor L. O. Naden se encontraron entre otros que adoptaron el nuevo enfoque al asuntode la perfección en contra de la enseñanza de Brinsmead. Esta fue la segunda etapa en el conflicto con el Despertar-una etapa caracterizada por beneficios positivos si se miden con el Evangelio de la Reforma. En esta fase del conflicto hubo un reconocimiento concienzudo del pecado original y un repudio no incierto del perfeccionismo. Estos dos aspectos de la década de los 60 constituyen un avance soteriológico del adventismo del séptimo día hacia el cumplimiento de su fin manifiesto-a saber, adelantar la Reforma inconclusa del siglo dieciséis.

3. Hubo evidencia en los años 60 de un esfuerzo real por "validar" el cometido de dar el evangelio a un mundo moribundo y a un protestantismo apóstata. Resulta difícil decir cuánto influyó el conflicto con el Despertar en favor de este intento deliberado de presentar el evangelio depurado de legalismo y de elementos no protestantes. Es muy posible que se creyera sinceramente que el mejor antídoto contra el Brinsmeadismo era la franca presentación del evangelio, dado especialmente que el conflicto debe haber parecido a muchos como un grupo de teólogos riñendo respecto a abstractos teóricos irrelevantes. Pero cualesquiera que hayan sido las razones, la década resultó ser alentadora, en vista de algunos elementos correctos en la enseñanza respecto del evangelio encontrada entre los adventistas.

4. A pesar de los tres puntos anteriores, la década de los 60 fue también un tiempo de confusión. En tanto luchaba por ser protestante, la iglesia también evidenciaba otras corrientes irreconciliables en su enseñanza. Por ejemplo, durante este período, en los artículos de la Review and Herald ya existía, presumiblemente en un estilo alegre, un obvio intento por seguir la herencia protestante de la salvación por gracia, juntamente con expresiones claras de la teología tridentina. Además, en la defensa que la iglesia hizo de su doctrina en oposición al Despertar de Brinsmead, dicha fuente emitió un material que se excluía mutuamente. Hay tres posibilidades accesibles para el intérprete de este fenómeno. (1) Puede ser que no se percibiera la naturaleza conflictiva del material. (2) Quizá se percibió la naturaleza conflictiva del material, pero se pensó que tal era un precio justo a pagarse por la extirpación de la amenaza del Despertar. (3) Puede ser que el material conflictivo fuera una admisión tácita de parte de los líderes de la iglesia de que existían legítimamente dentro de la iglesia "remanente" puntos de vista bastante diferentes concernientes al corazón de su confesión. Cualquiera que sea la interpretación correcta, resulta secundaria a nuestro propósito de observar este rasgo contradictorio de la teología adventista en la década final.

Antes de proseguir con un examen más detallado de este periodo, necesitamos relacionar algunos de sus rasgos con los de la década anterior. Los avances soteriológicos de los años 60 (el reconocimiento del pecado original y el renunciamiento al perfeccionismo en esta vida) construyen sobre, y llevan adelante, los avances crístológicos de Questions on Doctrine. Pero la década de los 60 constituye también un avance sobre Questions on Doctrine que decididamente tenía también su sabor perfeccionista. En esta década se repudia el perfeccionismo y se sigue la cristología de Questions on Doctrine, hasta llegar a algunas implicaciones soteriológicas importantes.

El Aspecto Negativo de los Años 60

Como ya señalamos, la Iglesia Adventista del Séptimo Día estuvo en conflicto con la enseñanza de Brinsmead en la década de los 60.1 Dicho conflicto se puede dividir en dos etapas. En la parte temprana de la década había oposición contra Brinsmead porque posponía la experiencia de alcanzar la perfección moral hasta el juicio. Pero en la etapa final del conflicto la oposición contra Brinsmead vino porque él deseaba mantener, junto a su apego a la Reforma, lo que él consideraba ser adventismo histórico tradicional-una perfección en la generación final. Estamos estudiando la etapa temprana del conflicto bajo el encabezamiento de "El Aspecto Negativo de los años 60".2

Brinsmead sosten la que la depravación pecaminosa permanece en el regenerado hasta el juicio. Pero esta afirmación fue rechazada sobre la base de que negaba el poder del evangelio y el poder del Espíritu Santo para erradicar ahora el pecado del creyente. Brinsmead fue considerado como un antinomíano y, por consiguiente, como una influencia peligrosa sobre los miembros de la comunidad remanente. El grupo de Brinsmead, en las palabras del pastor L. C. Naden,
subestima el poder transformador del evangelio, ministrado por el Espíritu Santo, el cual nos hace nuevas criaturas en él, y nos prepara para el juicio. Su enseñanza niega que es posible para un hombre ganar una victoria completa sobre el pecado antes de comparecer en el juicio. . . Gracias a Dios porque el proceso perfeccionante se completa antes de que lleguemosal juicio, si así no fuera entonces estaríamos en una posición desesperada e inútil.3
La Comisión de Literatura de Defensa de la Asociación General acusó al Despertar de negar el poder presente y provisión del evangelio:
Amonestamos a nuestro querido pueblo que no se deje arrullar por la peligrosa doctrina de que podemos esperar hasta venir delante del escrutinio del Juez de toda la tierra en el juicio investigador, ser hallados faltos y luego esperar que Cristo limpie el templo del alma mediante un milagro a fin de que podamos ser tenidos por dignos de la vida eterna.4
Brinsmead se quejó de haber sido seriamente mal interpretado.5 Contendió que el asunto no era si uno necesitaba o no ser convertido antes del juicio, sino si uno continuaba siendo o no pecador hasta el juicio. Sin embargo, la Comisión de Literatura de Defensa consideraba la enseñanza del Despertar, aún hasta un período de la década tan tarde como en 1967, como una enseñanza que posponía "la obra que debe llevarse a cabo hoy" 6

Tal parecería que la enseñanza de Brinsmead trajo la doctrina del pecado original a seria consideración por primera vez en la teología adventista. Ciertamente W. H. Branson dio poca evidencia de ser consciente de ella en su libro Our Firm Foundation (Nuestro firme fundamento>. M. L. Andreasen inequívocamente acertó que los adventistas del séptimo día no creen en el pecado origina

En la doctrina del pecado original Brinsmead tuvo un principio fundamental de la teología de la Reforma. Sin embargo, en esta etapa particular de su pensamiento él no podía acompañar a Lutero y a Calvino a todo lo largo del camino porque creia que la solución para el pecado original tenía que estar en armonía con su doctrina adventista tradicional de la generación final.

A pesar de la contaminación del concepto del pecado original, según lo enseñaba la Reforma, mediante la doctrina del perfeccionismo, el mensaje de Brinsmead llegó a muchos como buenas noticias. Al igual que en la era anterior a 1950, el adventismo veía la justificación como sólo para los pecados del pasado, y la salvación futura descansaba sobre la base de la renovación interna y del desarrollo del carácter, si bien que por medio del poder del Cristo inmanente. Pero ahora Brinsmead predicaba la toda suficiencia de la justicia de Cristo justamente hasta el juicio, y luego, mediante un acto totalmente gratuito, Dios perfeccionaría a la generación final. Con este mensaje (con sus afinidades obvias al evangelio de la Reforma) el franco reconocimiento de la preseñcia continua del pecado y las "dotaciones carismáticas" necesarias, no fue maravilla que la agitación de Brinsmead hiciera un impacto considerable sobre el periodo bajo discusión.

Cuando examinamos la principal publicación anti-Brinsmead editada durante esta década por la Comisión de Literatura de Defensa,-The History and Teaching of Robert Brinsmead- (La historia y enseñanza de Roberto Brinsmead), queda claro que escasamente se trató con el reto doctrinal planteado por el Despertar. En este tratado existe una concentración abrumadora sobre las alegadas debilidades personales del "líder apóstata",8 y sobre el peligro que él y su "peligrosa doctrina"9 constituían para la iglesia. Considerando la intensa preocupación y la extravagancia de lenguaje que a menudo acompañan a éstos como cosas comprensibles, tal aproximación indudablemente no ayudó al caso de la Iglesia Adventista hasta el grado que pudo haberla ayudado una concentración reflexiva sobre los asuntos teológicos. El impacto real sobre el Despertar había de venir de nuevos puntos de vista y de algunos teólogos en el liderato, tales como los Dres. Heppenstall, Ford y LaRondelle.

Logros Positivos de la Década de los 60

David McMahon establece un punto en el contexto del Adventismo de 1970 que pareciera ser aplicable a la segunda etapa del conflicto entre los líderes de la iglesia y la agitación de Brinsmead en los años 60:
Muy a menudo se ha considerado la controversia teológica como hostil a los reavivamientos y a la prosperidad espiritual de la iglesia de Dios. Pero la verdad es que cuando el debate y la contienda están en su apogeo es lue frecuentemente desciende el Espíritu de Dios en poder sobre su pueblo.
El tumulto y la agitación dentro del adventismo no fue del todo negativo. Por vez primera en la historia del movimiento apareció un desafío contra todo el concepto de alcanzar la perfección en esta vida. En diciembre de 1963,11 el Dr. Eduardo Heppenstall publicó un artí'culo titulado "Is Perfection Possible?" (¿Será posible alcanzar la perfección? ),12 El tono reformado de su enfoque es obvio:
Es fatal pensar que si tan sólo pudiéramos entregarnos totalmente a Cristo, la naturaleza pecaminosa quedaría erradicada. La ley del pecado y de la muerte continúan operando dentro de nOsotros.. La doctrina básica de la fe cristiana es salvación sólo por gracia.,. La salvación sólo por gracia significa que la perfección absoluta y la impecabilidad no pueden lograrse aquí y ahora.
El Dr. Heppenstall se encariñó con la idea de ver al ego(smo como la esencia del pecado. Para él la perfección impecable es "un esfuerzo seductor en favor de la idealización propia, la exal tación del yo"13 "el producto del egoísmo" y "algo que termina en la adoración de algún aspecto del yo".14 La perfección impecable "ejerce un efecto fatal sobre uno mismo y sobre las relaciones de uno con otros".15 En relación a la iglesia es divisionista y destructiva.16

Heppenstall vio la perfección impecable como hostil al entendimiento bíblico de la gracia. En un folleto publicado por la Asociación Ministerial de la Asociación General, como suplemento de la revista The Mínistry17 escribió:
El uso bíblico de la palabra 'gracia" es singular. La gracia es el favor eterno y gratuito de Dios, manifestado hacia el culpable e indigno. La gracia se encuentra totalmente aparte de cualquier suposición de valor humano y perfección impecable. La gracia debe estar presente donde existe la pecaminosidad humana. Sobreabunda por encima de la indignidad humana tal como lo experimentarán los santos aún después del cierre del tiempo de prueba. Los pecadores son las únicas personas para las cuales la gracia salvadora es importante. Permitamos distinguir entre la gracia como atributo de Cristo y la gracia como método de salvación posibilitado mediante el sacrificio de Cristo.
Inequívocamente, Heppenstall afirma la realidad de que el pecado permanece en el creyente justamente hasta el segundo advenimiento de Cristo.18 Brinsmead estuvo en error porque abo gaba por una perfección llevada a cabo en ocasión previa al segundo advenimiento. Heppenstall decía: ". . - nunca habrá un momento en la vida cristiana en que el creyente pueda saber que arribó finalmente a la impecabilidad".19

No es una exageración decir que la refutación de Heppenstall de la doctrina de Brinsmead es un punto culminante y diferente dentro de la teología adventista.20 No tiene igual antes del penodo contemporáneo ni después del comienzo de la década de los 50. Tal parece que el Dr. Heppenstall podía discernir la conclusión lógica del énfasis reformado de Brinsmead más claramente que lo que el mismo Brinsmead podía hacerlo. Durante algún tiempo Brinsmead no podía ver que la negación de Heppenstall del perfeccionismo era la conclusión lógica e inevitable de su propia negación de un perfeccionismo en el aquí y ahora.
No pasó mucho tiempo en lo que los teólogos adventistas comenzaron a abrazar públicamente la posición de Heppenstall.21 En la segunda mitad de la década de los 60 apareció en la literatura adventista una serie de artículos negando consistentemente la posibilidad de alcanzar una condición de impecabilidad antes del segundo advenimiento de Cristo.?2 El objetivo de estos artículos era la refutación de la doctrina de Brinsmead de un perfeccionismo en el juicio.

No debemos dejar de señalar aquí el interesante giro de los eventos. En los primeros años de la década, a Brinsmead se le oponían porque colocaba el logro de la perfección en un punto demasiado tarde. Fue acusado de posponer hasta el juicio lo que necesitaba hacerse ahora. ¡ Luego hubo una media vuelta, y a Brinsmead lo atacaron por poner el logro de la completa perfección moral demasiado pronto! Se le acusó de poner en el juicio lo que no tomaría lugar hasta después del juicio en el regreso de Cristo.

Debe notarse también el marcado rompimiento con la tradición adventista. Los líderes de la iglesia-vía la Comisión de Literatura de Defensa y de algunos teólogos prominentes que seguían de cerca la nueva teología de Heppenstall- ibarrieron a un lado una enseñanza de más de cien años en la teología adventista! El perfeccionismo vehemente de M. L. Andreasen, mostrado en sus obras, The Sanctuary Service y The Book of Hebrews (El libro de Hebreos); el énfasis perfeccionista de W. H. Branson y el perfeccionismo implícito de Questions on Doctrine-quedaron todos, mediante esta nueva teología, expulsados del adventismo en términos no inciertos,

Para aquel tiempo, los promotores del Despertar estaban demasiado conscientes de que se había efectuado tan claro rompimiento con el adventismo tradicional. En respuesta al libro del pastor L. C. Naden The Perfecting of the Saints (El perfeccionamiento de los santos), Brinsmead emitió el siguiente desafío:
Desafío al pastor Naden para que mencione cualquier declaración que se encuentre en literatura adventista del séptimo día responsable, escrita antes del mensaje presente del Despertar, donde se enseñe que el pueblo de Dios no será moralmente perfecto e impecable hasta que Jesús venga en las nubes del cielo. Tal cosa sencillamente no es doctrina básica adventista.23
Parece que este reto no fue aceptado jamás y no es una sorpresa. Según el conocimiento de este escritor, sería imposible hallar apoyo para la posición de Heppenstall en la teología adventista de antes de 1950.

Lo que es sorprendente es cómo el Dr. Heppenstall podía enseñar tal doctrina (y aparentemente conducir a otros a abrazarla> y sin embargo, evadir la condenación de los líderes de la iglesia. Lo que todavía es más sorprendente aún es que la Comisión de Literatura de Defensa (departamento oficial> y la altamente respetada revista Review and Herald defendieran la misma doctrina y no tuvieran que dar cuentas públicamente. Una consideraci6n del recibimiento que se le dio al libro Questions on Doctrine revelará que éste no gozó de los mismos privilegios de los que gozó esta enseñanza. Ciertamente Heppenstall y demás no estaban propulsando asuntos periféricos. La doctrina del perfeccionamiento de la generación final se encuentra cerca del corazón de la teología adventista.

La única contestación a la que hemos podido llegar para el fenómeno antes descrito es que la recepción sin problemas del anti-perfeccionismo de Heppenstall era un indicio del grado hasta el cual los líderes adventistas veían como indeseable el desafio de Brinsmead. Por otro lado, los que hoy día se ven a sí mismos como apoyando una posición fiel a la Reforma se inclinan a ver la situación del tiempo de la revolución de Heppenstall como providencial. El avance de Heppenstall hacia una posición más reformada habría sido imposible si la iglesia no hubiera estado combatiendo la enseñanza de Brinsmead.
No debe pasar por desapercibida la ironía de este período. Para el tiempo del anti-perfeccionismo revolucionario de Heppenstall el "grupo" de Brinsmead (según lo designaron los líderes adventistas) era conservadoramente más adventista que la mis ma Comisión de Literatura de Defensa. Debido a que la agitación de Brinsmead no deseaba cortar la soga que la ataba a la teología histórica adventista, resistió apasionadamente el énfasis de Heppenstalí. De hecho, el Despertar estaba tan preocupado por preservar lo que veía como adventismo histórico que el énfasis reformista de su plataforma tomó definitivamente un lugar subsidiario en su enseñanza durante la segunda mitad de la década de los 60. El Despertar quedó muy abstraído en la defensa del perfeccionismo adventista, en lugar de destacarse en el evangelio de la Reforma.24 La ironía de la situación dentro del grupo de Brinsmead era que el más fuerte énfasis reformista de Heppenstall en contra del perfeccionismo aminoraba el énfasis del Despertar sobre el evangelio que tan enérgicamente proclamó en los primeros años de la década.

Para concluir este aspecto de la década de los 60 debemos llamar la atención hacia los logros positivos que se hicieron en dirección a la realización del objetivo del movimiento adventista: 1) La realidad del pecado original quedó incrustada dentro de la teología adventista entre eruditos tales como Heppenstall y Ford. (2) El corolario de esta posición era un franco repudio de la posibilidad de alcanzar la perfección moral en esta vida-una adopción del simul justus et peccator (justo y pecador a la misma vez) de los reformadores. En estos dos asuntos se materializó un avance hasta la teología de la Reforma cual no había sido antes en la historia de la iglesia adventista desde su comienzo.

Rasgos Alentadores de los Alios 60

Una lectura de la literatura adventista del séptimo día (especialmentede la Review and Herald) en la década de los 60 indicará que la iglesia estaba tratando de hacerle honor a su llamado a ser los herederos especiales de los reformadores. Se encuentran repetidas advertencias en contra del legalismo como también numerosas declaraciones al efecto de que el futuro de la iglesia descansa sobre la recuperación de la verdadera predicación de la justicia por la fe. R. 5. Watts es típico ejemplo de esto: "No hay obra en nuestro mundo tan grande y tan gloriosa, ninguna obra que Dios honre más que el evangelio de la justificación en el Señor Jesús."25

El mismo Watts refleja la perspectiva de la Reforma en su artículo"God's Way is Grace" (La manera de Dios es la gracia).26 A diferencia de Questions on Doctrine, su punto de vista respecto de la gracia no es la tradición agustiniana tridentina, sino la de la Reforma. La gracia no es un poder regenerador sino "el favor y la misericordia de parte de Dios, totalmente inmerecida y no ameritada". Watts establece aún hasta un buen contraste entre su visión de la gracia y la del catolicismo romano. "El catolicismo romano" dice él, "enseña que el hombre es justificado, al menos en parte, por su justicia propia, infusa e inherente, más bien que por una justicia divina, vicaria e imputada." Watts concluye su artículo en forma convincente con un ataque a todas las obras humanas cuando se tienen como contribuciones para la salvación del hombre en alguna forma.

Watts dirigió también su atención al tópico de la justificación y delineó una posición sólidamente en la perspectiva de los reformadores. La justificación para vida eterna es mediante la justicia imputada de Cristo. La justificación no significa "hacer a uno justo'~ sino mas bien "declarar a uno justo". La justicia por la cual alcanzamos la vida eterna es lo que Cristo hace por nosotros y no lo que él hace en nosotros.27

En la Review and Herald de abril 21 de 1960, el Dr. W. G. C. Murdoch también se apartó del punto de vista de la gracia como está expresado en Questions on Doctrine.?8 Para Murdoch, la gracia es la buena voluntad y benignidad amorosa de Dios en el evento mesiánico. Murdoch no mira hacia la obra del Cristo inherente sino a la obra de Cristo afuera del creyente en el Calvario como el significado y la maravilla de la gracia.

Para los años 60, un teólogo dentro del adventismo que mostró una confianza resuelta en la perspectiva de la Reforma fue el australiano Dr. Ford.29 Al examinarse la enseñanza de Ford, debe decirse que él mostró una consistencia encomiable en la teología de la Reforma durante un período de cambio. Como ya hemos notado, Ford fue explícito en su afirmación de la doctrina del pecado original.30 Enseñó esto consistentemente atravésde la década de los 60 y hasta en la de los 7Q31 Además, Ford repudió fuertemente el perfeccionismo como algo contrario al evangelio.32 De igual forma sostuvo una visión de justificación foránea33 y la posición protestante en cuanto a la naturaleza humana impecable de Cristo.34 No sólo abrazó el aspecto evangélico de la enseñanza de Brinsmead durante los años 60, sino que lo hizo en conjunto con una clara perspectiva reformada respecto del perfeccionismo. Asi que, no estaría muy lejos de la verdad decir que, ya para la década de los 60, el Dr. Ford anticipó la corriente clara de la Reforma que había de surgir dentro del adventismo en los años 70.

La década de los 60 testifica también de otras indicaciones donde la Iglesia Adventista procura permanecer fiel a su creencia de que Dios le había llamado para predicar el evangelio de la Reforma en una forma imposible de llevarse a cabo mediante otros grupos cristianos. Por ejemplo, fue durante esta década que H. K. LaRondelle fue a la Universidad Libre de Amsterdam para estudiar su doctorado bajo la tute la del erudito reformado G. C. Berkouwer. La disertación doctoral de LaRondelle fue publicada eventualmente bajo el título de Perfection and Perfectionism: A Dogmatic Ethical Study of Biblical Perfection and Phenomenal Perfectionism (La perfección y el perfeccionismo: Un estudio ético dogmático de la perfección bíblica y del perfeccionismo fenomenal). Elestudiose sostiene inconmoviblemente en la perspectiva de la Reforma.

En el comienzo de este capítulo indicamos que la turbulenta década de los 60 contribuyó, aunque no totalmente, al evangelio de la Reforma. La misma fuente emitió un material que se excluía mutuamente. Nos hemos reservado otros rasgos alentadores de la producción teológica de este periodo hasta este punto a fin de proveer un contraste con elementos contrarios a la perspectiva de la Reforma.

A la vez que la Comisión de Literatura de Defensa de la Asociación General se hallaba contenta (? ) con poder publicar la teología revolucionaria de Heppenstall en contra del perfeccionismo, también publicó material diametralmente opuesto a esta posición. El mismo comité que emitió la negación explícita mediante Heppenstall en contra del perfeccionismo también publicó, en 1967 (unos cuatro años después que Heppenstall se expresara públicamente acerca del perfeccionismo) Basic Brinsmead Beliefs (Creencias básicas de Brinsmead). Esta publicación, escrita por Alan Starkey afirmaba que:
decir que el principio corrupto del pecado, la fuente del mal, la naturaleza pecaminosa, permanece en la vida subconsciente del creyente hasta la expiación final pospone la obra que debe ser hecha hoy. Una mujer se horrorizó cuando yo insistí en que los pecados debían ser "barrados" de la vida hoy. Ella creía que esta era la obra de la expiación final.
De igual forma, tenemos en la Review and Herald tanto el respaldo como la negación del perfeccionismo.36 Hay allí artículos que sostienen la naturaleza foránea protestante de la justificación37 y hay otros que incluyen en el articulo de la justificación la obra interna de la regeneración.38 H. L. Rudy es uno de los ejemplos más claros de lo último. La justificación es "la venida del Espíritu de Cristo al corazón de los que creen que él cambia su estado de 'hijos de la ira' a 'hijos de Dios' ".39 Sin embargo, para Kenneth H. Wood, la justificación es tener la justicia de Cristo puesta a nuestra cuenta, una transacción legal llevada a cabo por Dios.40

Debe decirse que, en la década de los 60, la producción teológica adventista en términos del evangelio se manifiesta en un favorecimiento mayor de la perspectiva católica romana que el manifestado en favor de la Reforma.41 Aun los autores más protestantes, como lo son R. 5. Watts tienen la tendencia de relegar la justificación a un perdón de sólo los pecados pasados y de verla como teniendo un significado sólo para la iniciación cristiana. Al igual que el adventismo antes de 1950, esto vino a resultar en una tendencia de subordinar la justificación a la santificación. F. E. Brainard lo expresa como sigue:
Este acto de justificación es en su totalidad la obra de Dios. . . El hombre recién convertido, habiendo sido limpiado de la culpa, queda preparado para tomar el próximo paso hacia el cielo y hacia la vida eterna (42
E. E. Wheeler puede hablarnos de recostarse uno demasiado sobre la justicia imputada de Cristo y de no tratar de que se nos imparta más y más justicia a fin de que necesitemos menos y menos justicia imputada para cubrir nuestros pecados pasados. 43 De nuevo, se expresa la subordinación de la justificación a la santificación mediante F. G. Clifford quien dice que si necesitamos entender lo que Cristo hizo por nosotros, existe una mayor necesidad de permitirle a él que haga efectiva su obra en nosotros.44

Es obvio que, a la vez que hay algunos aspectos alentadores en la articulación adventista durante los años 60 en lo que toca al evangelio de la Reforma, los verdaderos logros teológicos de la década han de encontrarse en la afirmación del pecado original y en el repudio del perfeccionismo en esta vida. Este avance significativoapareceen la teología de hombres tales como Eduardo Heppenstall, Desmond Ford y H. K. LaRondelle.

Al Final de la Década

Resumamos la década bajo discusión. Mirándola desde un ángulo, la década de los 60 perpetúa el adventismo previo a 1950. En un grado mayor o menor la teología adventista del evangelio siempre ha tenido dos elementos fundamentalmente conflictivos: el de Trento y el de los reformadores. Esta situación no cambia en los años 60. Las dos corrientes de pensamiento siguen allí presentes.

Sin embargo, a pesar de esta unidad con el adventismo previo a 1950, también existe distinción. Los años 60 fueron una década de avance definitivo en el área de la soteriología. Parándose en los hombros del avance cristológico de la década de los 50 surgió una fuerte doctrina del pecado original y una negación de la perfección en el proceso de la salvación. Estos aspectos eran nuevos en la teología adventista.

No es sólo que en la década de los 60 surgiera una comprensión más clara de lo que significaba el evangelio de la Reforma, sino que el mensaje protestante, sin duda alguna debido a un conflicto doctrinal, fue traído a consideración más clara y poderosamente que nunca antes en la historia del adventismo. Fue un período en el cual el evangelio de la Reforma ganó terreno en la conciencia adventista.

Finalmente, los años 60 fueron una era en la cual el adventismo fue visto más claramente que nunca antes como carente de unidad en el área central de su teología. Para ilustrar esto, nos referimos de nuevo a la oposición de la iglesia a la enseñanza de Brinsmead. El Despertar recibió oposición <1) sobre la base de una fuerte creencia en un perfeccionismo en el aqu í y ahora. Pero también recibió oposición (2) sobre la base de una fuerte negación de la perfección en esta vida. ¿Que cuál era la posición "oficial" de la denominación en cuanto a este asunto? La única respuesta puede ser que el adventismo oficial adoptó ambas posiciones.

El hecho de que el adventismo oficial procurara adoptar públicamente ambas posiciones durante la década de los 60 proyecta una luz interesante sobre la situación. El hecho es que los dos, el adventismo oficial y Brinsmead, contenían elementos que estaban en pugna dentro de sus sistemas teológicos. Brinsmead buscaba efectuar una síntesis entre la justificación por la fe sola de la Reforma y la creencia tradicional del adventismo en la perfección. Por una parte, el adventismo oficial se aferraba a una perfección en el aquí y ahora, basándose sobre la confianza adventista tradicional en la perspectiva de Trento, y por la otra, una negación de la perfección arraigándose sobre la teología de la Reforma y en el avance cristológico de Questions on Doctrine.

La década de los 60 cierra con un conflicto entre el adventismo oficial y el grupo de Brinsmead. Pero también hubo un conflicto dentro de las respectivas posiciones. Queda para la próxima década ver cómo se resuelven estos conflictos y cómo el evangelio de los reformadores luce en esa resolución.

1. Ejemplo del material sacado en el conflicto con la enseñanza de Brinsmead es lo que sigue: Roberto D. Brinsmead, A Doctrinal Analysis of "The History and Teaching of Robert Brinsmead" <Un an Misis doctrinal de "La historia y enseñanza de Roberto Brinsmead">; idem, Timing of Revelarion18 (El tiempo de Apocalipsis 18>; Francis F. Bush,How a Pastor Meets the Brinsmead /ssue <Cómo le hace frente un pastor a la controversia con Brinsmead>; Errors of the Brinsmead Teachings <Errores de las enseñanzas de Brinsmead); L. C. Naden, Whatdothe BrinsmeadFaction Real/y Be/leve? <¿Cuál es la creencia real de la facción de Brinsmead?); Pablo H. Freeman, ed., Evaluation of Brinsmead Doctrine (Evaluación de la doctrina de Brinsmead>; Eduardo Heppenstall, "Some Theological Considerations of Perfection" (Algunas consideraciones teológicas de la perfección>; A. M. Karolyi, Errors of the Brinsmead Teachings (Errores de las enseñanzas de Brinsmead>; Lauri Onjukka, The Sanctuary and Perfection (El santuario y la perfección>; E. N. Sargeant, Brinsmead; Juan A. Síade, Lessons from a Detour: A Survey of My Experience in the Brinsmead Movement (Lecciones de una desviación: Un análisis de mi experiencia en el movimiento de Brinsmead>; Comisión de Literatura de Defensa de la Asociación General, Perfection (Perfección>; idem, Sorne Current Errors in Brinsmead Teachings <Algunos errores actuales de las enseñanzas de Brinsmead>; idem, The History and Teaching of Robert Brinsmead <La historia y enseñanza de Roberto Brinsmead>.
2. Aquí, la palabra "negativo" no lleva la intención de implicar un juicio valorativo. Es más bien una afirmación del resultado cuando se mide con el Evangelio de la Reforma, el cual los adventistas reclaman haber heredado más que cualesquiera otros cristianos.
3. Naden, Brinsmead Faction, págs. 1, 4. Véase además a Brinsmead en Timing of Revelation 18, págs. 34-36.
4. Comisión de Literatura de Defensa, History and Teaching, pág. 37.
5. Brinsmead, Doctrina Analysis, pág. 32.
6. Basic Brinsmead Belief (Creencias básicas de Brinsmead>, por Alan Starkey, pág. 9. Enfasis nuestro. Compárese con esto: "En primer lugar, decir que el principio corrupto del pecado, la fuente del mal, la naturaleza pecaminosa, permanece en la vida subconsciente del creyente después de su conversión es negar la naturaleza verdadera de la experiencia del renacimiento" <pág. 8>.
7. "La ley de la herencia se aplica a las pasiones y no a las contaminaciones. Si la contaminación fuera hereditaria, entonces Cristo podía haber sido contaminado cuando vino a este mundo, y, por consiguiente, no podía ser lo santo' Lc. 1:35. Aun los niños de un marido incrédulo son llamados santos, una declaración que debería ser un consuelo para las esposas de tales maridos 1 Co. 7:14. Sin embargo, como adventistas nosotros no creemos en el pecado origina/" <Andreasen, Letters to the Churches, págs. 56>. Enfasis nuestro.
8. Comisión de Literatura de Defensa, History and Teaching, pág. 1, Compárese con Brinsmead en su Doctrinal Analysís, pág. 1, donde Brinsmead cita unos 30 o más ataques emitidos en palabras emocionales contra él y contra el Despertar.
9. Comisión de Literatura de Defensa, History and Teaching, pág. 37.
10. David McMahon en la introducción del libro de Roberto D. Brinsmead, An Answer to "Con flicting Concepts of Righteousness by Faith in the Seventh-day Adventist Church" (Una contestación a "Conceptos conflictivos de justicia por la fe dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día>, pág. vii.
11. El Dr. Heppenstall fue para aquel entonces el presidente del Departamento de Teología en la Universidad Andrews.
12. Eduardo Heppenstall, "ls Perfection Possible? " <¿Será posible alcanzar la perfección? >, Signs of the Times, dic. 1963.
13. Freeman, Evaluation of Brínsmead Doctrine, pág. 6.
14. Ibid.
15. Ibid., pág. 7.
16. lbid., págs. 8-9.
17. El suplemento contenía los siguientes ensayos: "Christ and Human Perfection" (Cristo y la perfección humana> por Erwin R. Gane; "Some Theological Considerations of Perfection" (Algunas consideraciones teológicas de la perfección>, por Eduardo Heppenstall; "Outline Studies on Christian Perfection and Original Sin" <Estudios bosquejados sobre la perfección cristiana y el pecado original>, por Roberto W. Olson. La sección escrita por el Dr. Heppenstall se encuentra en las páginas 14-24.
18. "La vieja criatura o el viejo hombre permanece con nosotros hasta el día de nuestra muerte o el día de la venida de Cristo; pero tan pronto como miramos a Cristo, el Autor y Consumador de nuestra fe, el pecado y el yo no pueden prevalecer... El Cristiano cree que aún permanece en el hombre regenerado una fuente de mal, que el pecado siempre existe en los santos hasta que se despojan de sus cuerpos mortales. . . Este pecado original permanece en los cristianos y en los no cristianos hasta que mueren o son trasladados" <Eduardo Heppenstall> "Definition of Righteousness" (Definición de Justicia> en lecciones dictadas en la Universidad Andrews, págs. 18-20. "Encontramos aquí ten 1 Juan 1:8-10] la más solemne advertencia en contra de la doctrina de la perfección impecable en esta vida. . . El cristiano sabe que aún permanece en él una fuente de mal, una naturaleza depravada" <ldem,"ls Perfection Possible? " [¿Es posible alcanzar la perfección?]>.
19. Freeman, Evaluation of Brinsmead Doctrine, pág. 8.
20. De nuevo, se necesita recordar que hablamos aquí del grado hasta el que la teología adventista se aproxima a su alegada herencia de la Reforma.
21. Teólogos tales como el Dr. Desmond Ford, Prof. Hans K. LaRondelle, pastores Taylor G. Bunch, Rafael 5. Watts, L. C. Naden, Harry W. Lowe, Norval F. Pease y el Dr. Raymundo F. Cottrell.
22. Véase a Raymundo F. Cottrell en Perfection in Christ <Perfección en Cristo>. <Esta declaración de Cottrell por ningún medio es la más fuerte declaración del nuevo enfoque adventista>; Harry W. Lowe en Redeeming Grace <Gracia redentora> especialmente págs. 117-147. <Lowe es más claro que Cottrell en la refutación de la perfección; E. W. Vick en Let Me Assure You <Déjeme asegurarle>; The Perfecting of the Saínts <El perfeccionamiento de los santos> por L. C. Naden; idem, In Quest of Holiness <En busca de santidad>; Comisión de Literatura de Defensa, Perfection <Este tratado presenta un uso escritural de la palabra perfección y recomienda el libro de Benjamín 8. Warfield, Perfectionism [Perfeccionismo]>. Véase además lo siguiente: "Webster define la perfección como estar 'sin mancha'
23. Brinsmead, Timing of Revelation 18, pág. 37.
24. Casi toda la literatura del Despertar durante este período revela este hecho. Ejemplo de tal cosa lo son, la respuesta de Roberto D. Brinsmead a L. C. Naden en ibid, y la defensa del Dr. Jack Zwemer de la enseñanza del Despertar en el libro de Freeman, Evaluation of Brinsmead Doctrine, págs. 15-24
25. Rafael 5. Watts, "The Message that Brings the Latter Ram" <El mensaje que trae la lluvia tardía> Review and Herald, oct. 20,1960, pág. 10.
26. Rafael 5. Watts, "God's Way is Grace", Review and Herald del 30 de mayo de 1963, págs. 2-3.
27. Rafael 5. Watts, "The Faith that Saves" <La fe que salva>, Review and Herald del 4 de junio de 1963, págs. 1,4.
28. W. G. C. Murdoch, "The Only Way of Salvation" <El único camino de salvación>, Review and Herald, 21 de abril de 1960, págs. 6,7.
29. Desmond Ford fue el director del Departamento de Teología en el Colegio Avondale en New South Wales, Australia.
30. Véase la nota 22 anterior.
31. Durante muchos años Desmond Ford escribió una sección de la edición australiana de Signs of the Times, titulada "Bible Answers" <Respuestas bíblicas>. Un estudio de esta sección, a través de los años, corroborará lo que se dice en el texto de este libro respecto de Ford. Para ver el punto de vista de Ford respecto al pecado original, la depravación y la impecabilidad, véase a Desmond Ford en los siguientes artículos: "Perfect Love" (Perfecto amor>, Signs of the Times, ed. australiana, marzo de 1964 1 de agosto de 1967; idem, "What About Romans 6?" <¿Y qué de Romanos 6?), ibicL, oct. 1969; idem, "Some Children Like Saints" (Algunos niños como santos>, ibid., junio 1971; idem, "The Case of the Baptist" (El caso del Bautista>, ibid., junio 1971; idem, "Are they Born With Sin? " <¿Son nacidos con pecado? >, ibid., agosto 1971.
32. Para ver la perspectiva anti-perfeccionista de Ford y, de hecho, otras declaraciones cristalinas de su posición concienzuda en la tradición de la Reforma durante los años 60, véase su libro, Unlocking God's Treasury <Abriendo la tesorería de Dios>, especialmente las páginas 15-18.
33. Véase la pregunta 10, "¿Puede el hombre arrepentirse de sí mismo? "; Pregunta 11, "¿Cómo solamente puede obtenerse justicia? ", ibid., pág. 15. Véase además "Justicia por fe", pág. 17. Tan temprano como para julio de 1959, y en respuesta a la pregunta "¿Qué se quiere decir por justificación?", Ford expresó inequívocamente el punto de vista protestante de la justificación: "La palabra 'justificación' tiene un significado foráneo. . . tiene connotaciones legales y se encuentra vitalmente conectada con asuntos de ley. Una definición seria: 'La declaración sobre una persona de ser justa de acuerdo a la ley' . . . De modo que cuando el pecador acepta personal y agradecidamente el pago de Cristo por sus pecados en el Calvario entonces Dios imputa a ese pecador la justicia de Cristo en vez de sus propios pecados. . . La divina absolución imputa inocencia por causa de la aceptación del pecador de Aquel que únicamente tiene perfecta justicia. . ." <Desmond Ford, Signs of the Times, edición australiana, julio 1959>. Compárese con idem, "Grace or Works? " (¿Gracia u obras? >, ibid., enero de 1960.
34. Cuando lleguemos a la década de los 70 tendremos ocasión de mirar más cuidadosamente a este aspecto de la enseñanza de Desmond Ford. Para un ejemplo de los años 60 véase "Christ's Death" <La muerte de Cristo>, Signs of the Times por Desmond Ford, ed. australiana de sept. 1968; idem, "Did Christ Have Sinful Thoughts?" <¿Tuvo Cristo pensamientos pecaminosos? >, ibid., marzo 1969.
35. Basic Brinsmead Belief, Starkey, pág. 9. Enfasis nuestro. Compárese con la nota 6, anterior.
36. Véase "Sanctification-l mparted R ighteousness" <Santificación-Justicia impartida" por C. J. Ritchie en la Review and Herald de junio de 1961; y "Christian Perfection-How Do We Attain It? " (La perfección cristiana -¿cómo la obtenemos? >, por L. C. Naden en ibid., 17 de sept. de 1964.
37. Por ejemplo, B. A. Sherr en "The Gospel in Romans" (El Evangelio en Romanos>, Review and Herald de enero 7 de 1960, págs. 9-10.
38. Por ejemplo, "God's Way is Grace" de Watts, págs. 2-3.
39. H. L. Rudy, "Adopted Into the Heavenly Family" (Adoptado en la familia celestial>, Review and Herald del 14 de abril de 1960, págs. 9-10. Compárese con la posición contraria en "The Faith That Saves" <La fe que salva), ibid., junio 6 de 1963, págs. 1,4-5.
40. Kenneth H.Wood,"TheGoal isPerfection" <El blanco es la perfección>, Review and Herald, noviembre 30, 1967, pág. 3.
41. Para encontrar una teología del evangelio según Trento, en adición a lo citado anteriormente, véase "Justified through Imputed Righteousness" <Justificados mediante una justicia imputada>, por C. J. Ritchie, en la Review and Herald del 27 de abril de 1961; a L. B. Reynolds en "The Mystery Finished" (El misterio consumado>, ibid., mayo 28 de 1964, págs. 4-6; a E. W. Marter en "The Meaning of the Law in Galatians" <El significado de la ley en Gálatas>, ibid., diciembre 17, 1964, págs. 2-3.
42. F. E. Brainard en "Three Steps to Heaven" (Tres pasos al cielo>, Review and Herald, febrero 11, 1960, págs. 6-7.
43. E. E. Wheeler en "Paul-Preacher of Perfection" <Pablo-predicador de la perfección>, Reviewand Herald, 6 de agosto de 1964, pág. 3.
44. F. G. Clifford en "God's Righteousness May be Ours" <La justicia de Dios puede ser nuestra), Review and Herald, oct. 11, 1962, págs. 9-11.