1888: Una espina en el costado de la Iglesia
Todo adventista que conozca su propia histor¡a reconocera que en el año 1888 aconteció un reavivamiento en la iglesia. Dos ministros adventistas, los pastores E. J. Waggoner y A. 1. Jones quedaron obsesionados con la doctrina de la justificación por la fe sola y procuraron presentarla a la iglesia con no poco fervor.
Se produjo una reacción (nunca se determinó, en el movimiento adventista, la naturaleza precisa de aquélla). Parece ser que, aunque algunos, incluyendo a la Sra. White,39 aceptaron el mensaje, la mayoría lo rechazó.
DentrO de la iglesia las cosas quedaron más o menos estables hasta 1924 cuando un expresidente de la Asociación General, el pastor A. G. Danielís, resucitó todo el asunto del mensaje de 1888 y de la respuesta de la iglesia al mismo. En una publicación titulada Cristo, nuestra ¡usticia, Dan iells no deja duda de que él cre<a que el mensaje hab,'a sido rechazado. He aquí sus palabras:
¡Cuan triste, cuén profundamente lamentable es que este mensaje de la justificación por la fe en Cristo haya, en el tiempo cuando fue presentado, encontrado oposición de parte de personas serias y bien intencionadas en la causa de Dios! El mensaje nunca fue aceptado, ni anunciado ni hecho circular como debiera haberlo sido a fin de traer sobre la iglesia las bendiciones sin límite que están contenidas en él. La gravedad que encierra el ejercer tal influencia quedó señalada por los reproches que fueron dadosEstas palabras de censura y amonestación deber ran tomarse en cuenta hocon mucha meditación.. . 40
Luego, Danielís procede a señalar algunas acusaciones severas que levantó la Sra. White en contra de los que rechazaron el mensaje en aquel tiempo.41 Ella no atenúa sus palabras. La Sra. White acusa a la iglesia de predicar la ley "hasta quedar tan secos como las colinas de Gilboa, donde no caía ni lluvia ni rocío". Lo que se necesita, sigue diciendo ella, no es confiar en nuestros propios méritos, sino en los méritos de Jesús de Nazaret.42
Naturalmente, tal presentación estaba destinada a producir desasosiego. Existía la demanda, y no en grado menor por parte del laicado, de una explicación. ¿Estaba Danielís en lo correcto, o abrazó la iglesia realmente el mensaje en aquel tiempo? ¿Era ésta una clave de por qué el "fuerte pregón" no había llegado? ¿Debería arrepentirse la iglesia, o debería silenciar a los que estaban haciendo tales acusaciones sin fundamento?
Surgió una serie de defensas. En 1947, Lewis H. Chrístian publicó la obra titulada, The Fruitage of Spiritual Gifts (El fruto de los dones espirituales). En este libro declara que, aunque la sesión de 1888 había sido tensa, toda la oposición había desaparecido pocos años después un una aceptación virtualmente unánime del mensaje de la justicia por la fe.
En 1948 apareció otra defensa. Bruno William Steinweg sometió una tesis al Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día en Berrien Springs, Michigan, titulada: "Desarrollo de la Enseñanza de la Justificación y Justicia por la Fe en la Iglesia Adventista del Séptimo Día Desde 1900". La tesis de Steinweg declaraba qúe la iglesia no había rechazado el don del evangelio del Señor en 1888. ¿No eran acaso Jones y Waggoner oradores populares en congresos después de 1888? ¿Cómo seria posible que tal fuera el caso si los habían rechazado?
Otra defensa notable que apareció, fue un libro titulado Captains of the Host (Capitanes de la hueste), 1949, escrito por un historiador adventista, A. W. Spalding. Este libro reconoce que en 1888 hubo una confrontación crucial y que se manifestó una receptividad dividida del mensaje. Con todo, en su análisis final, 1888 fue una victoria para la iglesia y no una derrota. El mensaje de 1888 no fue rechazado.
En 1950, se manifestó un cambio significativo en los acontecimientos cuando dos misioneros, R. J. Wieland y D. K. Short, presentaron un manuscrito a la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El manuscrito fue titulado: 1888 Re-examined (1888 Re-examinado). En términos no inciertos Wieland y Short aseveraban que la iglesia había rechazado el mensaje que el Señor procuró darle en Minneápolis en 1888. Era culpable y debía golpearse el pecho y pedir perdón al Señor. Debía haber un arrepentimiento corporativo. Este autor tuvo el privilegio de pasar algún tiempo con el Sr. Wieland en su residencia de Chula Vista, California, y era obvio que después de casi treinta años él conservaba aún esta profunda convicción.
Se despertó un conflicto sin precedentes cuando apareció esta presentación de Wieland y Short-un conflicto que duró más de una década con un alto grado de intensidad. Este diálogo intenso concerniente a la respuesta de la iglesia al mensaje de 1888. fue compilado por A. L. Hudson en una publicación titulada A Warning and Its Reception (Una Amonestación y Su Recibimiento). Entre otras cosas, aparece allí la tesis de Wieland y Short y su rechazo de parte de la directiva de la iglesia.
No mucho después de esto, en 1962, apareció otra publicación en defensa de la iglesia: Solamente por Fe, originalmente una tesis sometida por Norval F. Pease a la Universidad Andrews. Pretendía mostrar amplia evidencia de que la luz del evangelio no estaba ausente de la historia adventista antes del 1900. Pero el Sr. Wieland no fue impresionado por esto. Para él existía una vasta diferencia entre un poco de evangelio y el evangelio en las dimensiones del "fuerte pregón".
Todavía se protegió a la iglesia-y esta vez en 1966 mediante la publicación de un libro escrito por A. V. Olson, titulado, Through Crisis to Victory, 1888-1901 (A través de la crisis hasta la victoria, 1888-1901). El título habla por sí mismo. Aunque hubo una crisis, ya para el año 1901 la iglesia había ganado la victoria. Olson concluye su libro con la observación de que, etodo lugar al que él había viajado a través del mundo, había encontrado entre los adventistas una presta aceptación de la doctrina de la justificación por la fe. Los adventistas creían en ella, y de hecho la abrazaban. Los que sugerían que la iglesia la había rechazado, sencillamente no estaban en lo correcto.
Entonces apareció en la escena un teólogo de peso completo para ponerle punto final al asunto de 1888. En 1971, el Dr. LeRoy Edwin Froom publicó su influyente obra, Movement of Destiny. En forma peculiar defendió a la iglesia y libró una ofensiva contra los que procuraban ponerla en una mala luz respecto del mensaje de 1888.
El Dr. Froom hizo un llamado para que todos los que afirmaban lo contrario confesaran explícitamente el mal inferido. Peroa pesar de la magnitud y del método de abordaje usados, ebuen doctor falló al no lograr dejar en descanso el fantasma de 1888.
En 1973 surgió el primer reconocimiento oficial de culpabilidaddesdequeA. G. Danielís resucitara por vez primera el asunto de 1888. En su informe sobre el congreso de otoño, los líderes de la Asociación General admitieron que 1888 ocupó una atención considerable en su reunión:
Por lo tanto, una pregunta opacó a todos los demás temas en este Congreso Anual de 1973: ¿Qué sucedió con el mensaje y experiencia que para 1892 había traído el comienzo del último mensaje de amonestación y exhortación a la tierra? 43
Las admisiones hechas en respuesta a esta pregunta deben haberle traído una profunda satisfacción al corazón del Sr. Wieland:
Como cuerpo, la iglesia todavía está en la condición laodicense, tal como lo expone el Testigo Fiel en Ap. 3:14-19. Por lo tanto, al intentar encontrar las causas específicas y presentes del fracaso y la demora, el concilio ha señalado tres factores principales:
1. Los líderes y el pueblo no han aceptado plenamente como un mensaje personal el análisis y llamado de Cristo a los laodicenses (Ap. 3:14-22).
2. Los líderes y el pueblo son en alguna manera desobedientes a las directivas divinas, tanto en su experiencia personal como en la conducción de la comisión de la iglesia.
3. Los líderes y el pueblo todavía no han terminado la obra de la iglesia.44
A la vez que resultaba obvio que lo anterior traería satisfacción al corazón de un hombre que por más de veinte años había estado llamando a su iglesia a un arrepentimiento corporativo, restaelhechodequeelarrepentimientono apareció. Aún la declaración anterior está acomodada en un lenguaje diseñado como para atenuar el golpeteo de pecho de la iglesia.
Yéseno ese! final del drama. La agitación respecto a la forma como la iglesia aborda el evangelio de la justificación por la fe sola, alcanzó un nivel sin precedentes en mayo de 1976. Un grupo de líderes y teólogos se reunieron en Palmdale, California, para ver si se podía establecer algún acuerdo en cuanto al significado del evangelio de la justificación por la fe. El centro de atención fue el profesor de teología sistemática del Colegio Avondale, de New South Wales, en Australia, el Dr. Desmond Ford. Se preparó un documento (conocido como el documento de Palmdale), que incluye una sección sobre el significado de la justificación por la fe. También contiene una sección que trata de la era de 1888. Vale la pena citar completamente la porción referente a 1888:
Cuando revisamos la historia de la era de 1888, somos llevados a la conclusión de que fue un tiempo de oportunidad sin paralelo para la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El Señor dio realmente a su pueblo el "comienzo" de la lluvia tardía y del fuerte pregón en la "revelación de la justicia de Cristo, el Salvador que perdona el pecado". Las actitudes y el espíritu manifestados por muchos en aquel tiempo hicieron necesario que Dios retirase esta bendición especial.
Mientras que no se gana nada disputando acerca del número real de los que aceptaron o rechazaron esta bendición en 1888, reconocemos que los que en aquel entonces escucharon el mensaje de la justificación por la fe estuvieron divididos en su respuesta. Es claro que la plenitud de la maravillosa bendición que Dios quiso comunicar a la iglesia no fue recibida en aquel tiempo ni subsiguientemente. A la luz de estos hechos de la historia, nuestro interés especial ahora debe ser remover toda barrera que impida epoder prometido, y mediante el arrepentimiento, la fe, el reavivamiento y la reforma, limpiar el camino para que el Señor pueda hacer su obra especial por nosotros y mediante nosotros. Reconocemos que sobre el liderazgo de la iglesia descansa, en este aspecto, una responsabilidad principal.45
De ser este el caso, ¿qué diremos de aquellos cargos levantados en contra de los que afirmaron que la iglesia era culpable y que necesitaba arrepentirse, especialmente de los cargos contenidos en una publicación tan influyente como el libro de Froom Movement of Destiny? Esto no fue pasado por alto. En la revista Mínistry de agosto de 1976, aparece la siguiente "apología":
Lamentamos sinceramente que ese elemento del libro Movement of Destiny, en el cual se demandaba tan públicamente una "confesión explícita" de parte de los que vieron la experiencia de 1888 en una luz diferente de la que la veía la directiva de la iglesia, fuera a parar a la imprenta. Nosotros recomendaríamos que este elemento sea removido de cualquier impresión futura del libro.
Todavía no ha terminado el drama de la respuesta de la iglesia al 1888. Mucnos quisieran verlo terminado. Hay algunos dentro de la iglesia y en las márgenes de la iglesia, que han jurado mantener la agitación hasta que se haga realidad el arrepentimiento corporativo y el evangelio de la justificación por la fe sola salga de los labios de los adventistas en el poder de la "lluvia tardía" Se cree que entonces el Señor vendrá y 1888 quedará finalmente en descanso o, más bien, se le dará a éste su pleno estado de resurrección.
39. Parece que 1888 tuvo una influencia decisiva sobre la apreciación de la Sra. White respecto de la doctrina de la justificación por la fe. La doctrina recibe un tratamiento mucho más extenso y explícito después de 1888 por parte de ella que antes.
40. Arturo G. Danielís, Cristo, Nuestra Justicia, pág. 37. Existe una edición en español de este libro, publicada con permiso, por la Asociación del
Este de Puerto Rico en junio de 1970.
41. Ibid., págs. 37-42.
42. Véase a Elena G. de White en la Review and Herald de agosto 13 de 1889; y en la del 11 de marzo de 1890.
43. Review and Herald, diciembre 6 de 1973. Lo significativo de la referencia a 1892 es que la Sra. de White dijo en aquel año que "el fuerte pregón" era inminente si se aceptaba el mensaje de 1888, (White, Mensajes selectos, 1:425>.
44. Ibid.
45. "Christ Our Righteousness", Review and Herald, mayo 27 de 1976, pág. 6.
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